Rosencof: la memoria y la imaginación en su libro Mi hermano Leonel

“La memoria es lo que vos tenés definido y forma parte de tu vida, pero la imaginación es lo que vos le agregás a lo que no sabés para completarlo”, explicó el autor.
El escritor y dramaturgo Mauricio Rosencof presentó su nuevo libro Mi hermano Leonel, en el que reconstruye la figura de León, su hermano mayor, fallecido en la adolescencia, y su reaparición como presencia silenciosa durante los años de prisión en el calabozo.
En diálogo con Info24, el autor explicó que el proceso de escritura nace de un impulso cotidiano frente a la máquina de escribir: “Yo tecleo dos palabras que tienen que ver con el tema y tengo la sensación de que esa palabra invade anaqueles que tenemos en alguna parte del cerebro”. A partir de allí, memoria e imaginación se entrelazan en la narración.
Rosencof sostuvo que al escribir sobre su vida, lo más evidente suelen ser los hechos históricos, pero que esta vez buscó detenerse en lo íntimo. “Me detuve a pensarlas en un tiempo que decidí hacer jornadas de reclusión y estuve 12 años y pico bajo tierra en un calabozo”, ironizó sobre sus años preso durante la dictadura.
Durante el encierro, la figura de su hermano aparecía con frecuencia. “Nunca habló, nunca habló”, señaló, al describirlo como un niño detenido en el tiempo, siempre igual, con tiradores y medias largas. Esa imagen lo llevaba a hacerse preguntas que no podían tener respuesta.
El vínculo con la memoria se mezclaba con la necesidad de imaginar lo que no fue. “La memoria es lo que vos tenés definido y forma parte de tu vida, pero la imaginación es lo que vos le agregás a lo que no sabés para completarlo”, explicó.
Rosencof también evocó a sus padres. Su madre, tras la muerte de León, no quiso seguir en el barrio. Su padre, sobreviviente del holocausto en Polonia, cargaba con otra historia de pérdidas. “La vida de mi viejo fue atroz. La vida de mi hermano fue atroz”, dijo.
En el libro, el autor retoma cuadernos escolares de León, encontrados en la escuela a la que ambos asistieron. Allí, el hermano había escrito su nombre: “Leonel Rosencof”. Ese hallazgo dio origen al pseudónimo que Rosencof usó en la militancia.
La escritura de Mi hermano Leonel es, para Rosencof, un modo de seguir dialogando con la ausencia. Consultado sobre si su hermano aún lo visita, respondió: “No, él pinta cuando se le canta”.