El presidente de la República dijo que hay secuelas de la dictadura que «continúan hasta hoy”.
“Un día como hoy pero hace 40 años Uruguay recuperaba su democracia”, recordó el presidente de la República Yamandú Orsi, minutos después de asumir su función, al comenzar su discurso. El 1º de marzo de 1985 quedaba atrás “el período más doloroso de nuestra historia contemporánea, marcado por la persecución política y la crueldad humana como método de gobierno y por el saqueo económico como parte central de ese proyecto político”, continuó.
Ante senadores, diputados, delegaciones internacionales y referentes de partidos políticos, Orsi agradeció a los exmandatarios Julio María Sanguinetti, Luis Alberto Lacalle Herrera y José Mujica, a Jorge Batlle y Tabaré Vázquez, y a Luis Lacalle Pou, “por sostener y alimentar esta reconstrucción democrática de manera ininterrumpida”. El modo de seguir nutriéndola, planteó, es apostar al diálogo y la comprensión de “las distintas sensibilidades” de la comunidad.
El presidente reconoció también que “hay secuelas” de la dictadura que continúan hasta el presente. En ese sentido, “es tan justo como imprescindible mantener intacto el compromiso con la libertad, la verdad y la justicia”, subrayó.
A su vez, se refirió a la importancia de que los familiares de los detenidos desaparecidos sepan, finalmente, dónde están. Más tarde, durante el recorrido hacia la Plaza Independencia, él y la vicepresidenta Carolina Cosse bajaron del auto que los trasladaba para saludar al colectivo que los representa, Madres y Familiares de Detenidos Desaparecidos.
Pública felicidad
“El régimen democrático adquiere sentido y perdura en el tiempo si es capaz de asegurar a su gente condiciones esenciales de trabajo, de alimentación, de salud, de seguridad, de recreación, de cultura”, añadió el mandatario. En líneas generales, “la única ambición de este gobierno está íntimamente ligada a la búsqueda de la pública felicidad”, destacó.
Asimismo, agregó que la democracia goza de buena salud cuando los gobernantes trabajan de manera “incansable” para mejorar la vida de los uruguayos, sin perder de vista “por qué y para qué están donde están”.
También cuando las instituciones son «sólidas» y la justicia está presente de igual modo para toda la población, así como cuando la ciudadanía participa activamente de la construcción política, consideró.