El politólogo Daniel Chasquetti analizó las implicancias de la falta de mayorías parlamentarias para el Frente Amplio y la Coalición oficialista. Afirmó que esta situación marca un cambio en la política uruguaya y consideró que, si bien la comodidad de una mayoría “te vuelve perezoso”, el desafío de negociar puede enriquecer la gestión y fomentar un equilibrio entre los partidos.
Chasquetti evaluó las elecciones del pasado domingo como muy parejas, con un fortalecimiento del Frente Amplio, que incrementó su votación en cinco puntos. “El Frente Amplio votó muy bien”, afirmó, destacando también el desempeño del Partido Colorado y la consolidación del Partido Nacional como la fuerza predominante dentro de la Coalición. Para el politólogo, la irrupción de Gustavo Salle y su movimiento Identidad Soberana refleja el descontento de un sector de la ciudadanía y representa “una luz amarilla” para el sistema político debido al tono confrontativo de su discurso.
La ausencia de mayorías en el Parlamento, según Chasquetti, abre una oportunidad para una dinámica de gobernabilidad que implicará negociaciones. “La llave de la gobernabilidad está en la negociación entre los dos bloques”, explicó entrevistado por La Mañana, sugiriendo que, en caso de un triunfo del Frente Amplio, sería viable negociar con ciertos sectores de la Coalición para avanzar en leyes clave.
Chasquetti advirtió que en el Senado la situación será especialmente complicada para un eventual gobierno de Álvaro Delgado. La falta de mayoría en esta cámara, explicó, podría dificultar la designación de directorios de entes autónomos y abriría espacio para que el Frente Amplio actúe con un rol más vigilante, lo cual obligaría a la Coalición a considerar una estrategia colaborativa como la que impulsó Luis Batlle con la Concertación Patriótica en 1946.
Para Chasquetti, la nueva realidad parlamentaria podría traer beneficios para el sistema político. “El no tener las mayorías en el Parlamento supone un cambio cultural”, afirmó, subrayando que, a diferencia del pasado, los legisladores deberán asumir una actitud más humilde y cuidadosa para evitar conflictos que trunquen los proyectos. Además, destacó que esta realidad “no es algo espantoso”, ya que en muchos países es común tener gobiernos sin mayorías parlamentarias.
Con un Parlamento fragmentado, la necesidad de negociar será clave para ambos bloques, y esta nueva dinámica podría establecer una política más abierta y dialogante, concluyó el politólogo.