La corrupción tiene consecuencias económicas, políticas y sociales que enferman a una sociedad porque la mente y el corazón individual se marean con los beneficios que aquella genera. La escuela, entendida en su más amplio alcance, es decir la educación en todos sus niveles puede y debe actuar como trinchera ética, porque los valores y principios requieren anclarse desde la temprana edad.
Sobre este tema se ocupó hoy la maestra y profesora Selva Pérez Stábile en su espacio “¿De quién es la escuela?” en INFO24.