“Ninguna de las pérdidas se le pueden atribuir a las medidas sindicales”, la parada de mantenimiento técnico de la Refinería La Teja “se tenía que realizar en el 2022, pero estiraron el uso de la planta al punto de quiebre”, denunció el dirigente Manuel Colina.
Luego de que el presidente Yamandú Orsi informara el viernes pasado que Ancap tuvo un déficit de 118 millones de dólares en 2024 y un endeudamiento total de 255 millones, quedó instalada una polémica por la interpretación de esas cifras. La oposición asegura que las consecuencias del mantenimiento de la Refinería La Teja eran inevitables, y que la conflictividad sindical explican esos números. Sin embargo, desde el gobierno y el sindicato apuntan a problemas de gestión de la anterior administración.
En entrevista con Nada que Perder, el secretario general de la Federación Ancap (Fancap), Manuel Colina, advirtió que la administración anterior “instaló el verso” de que para disminuir los costos de los combustibles “sería mejor ajustar a través del Precio de Paridad de Importación”. Sin embargo “el precio de los combustibles subió 35% y el del supergas 72%”, criticó. Para el dirigente sindical, el gobierno anterior debería haber “tocado la estructura tributaria de los combustibles” por el peso que tiene en el precio final “la recaudación del IVA e Imesi”. La Coalición Republicana mantuvo un “uso complejo de las finanzas de Ancap para hacer caja en el Estado”, denunció.
En rueda de prensa, el exsecretario de presidencia, Alvaro Delgado, señaló este sábado que en 2024 “correspondía realizar la parada de la refinería, que habitualmente dura unos 90 días”, y se terminó extendiendo “por más de ocho meses producto de un conflicto sindical con Fancap”. Colina enfatizó que esto “es una mentira” y que “no hubo ni un día, ni una hora de paro” durante el mantenimiento de la refinería.
“Ninguna de las pérdidas se le pueden atribuir a las medidas sindicales”, la parada de mantenimiento técnico de la Refinería La Teja “se tenía que realizar en el 2022, pero estiraron el uso de la planta al punto de quiebre”, denunció. El directorio de Ancap sabía “que podía llevar meses”, porque generalmente “se trata de procesos largos que involucran maquinaría difícil”, concluyó.
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