Bajo ese título Labat comenzó abordando la discusión que se generó en el Parlamento respecto a la situación en Venezuela, haciendo notar del interés geopolítico que tuvo la jornada electoral en ese país. Lo definió como un “asunto polarizante” y también un “objeto global”, tanto que esa jornada fue trasmitida masivamente como si se tratara de una final de copa mundial de fútbol.
Esto lo adjudica a “las derechas, que necesitan tener un objeto de odio” para polarizar.
De este “efecto Maduro”, pasó luego al “efecto Ripoll” proponiendo el análisis que surge de algunas encuestas realizadas en la interna de los partidos que midieron el grado de aceptación de cada una de las fórmulas presidenciales. En tal sentido si se considera que la ex dirigenta sindical de Adeom le habría aportado votos de izquierda al Partido Nacional, por otro lado le quitó votos de derecha, que habrían migrado al candidato colorado, Andrés Ojeda.
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