Cantinas saludables, ciudades saludables

En la columna de hoy en Info 24 (M24) conversamos sobre el rol de las ciudades saludables y la iniciativa de cantinas saludables en Montevideo, en el marco de una agenda global que busca responder a una realidad que preocupa: en Uruguay las enfermedades no transmisibles (ENT) provocan 51 muertes por día, y los niveles de sobrepeso y obesidad continúan en aumento, afectando a 4 de cada 10 niños y 6 de cada 10 adultos. La malnutrición convive hoy tanto por déficit como por exceso, y por primera vez a nivel mundial la obesidad supera al bajo peso en la infancia, según UNICEF. A esto se suma el marcado aumento en el consumo de alimentos ultraprocesados en Uruguay, que creció un 146% desde 2015, un entorno que hace difícil sostener hábitos saludables sin políticas públicas que acompañen.
En este contexto, los entornos alimentarios son clave: nuestras decisiones no ocurren en el vacío, sino en espacios influidos por la oferta de alimentos, la publicidad y el acceso a opciones saludables. Por eso existen iniciativas como la Alianza de Ciudades Saludables. En esta oportunidad se reunieron en Quito (Ecuador) las ciudades de Quito, Cali, Córdoba y Montevideo.
Por primera vez, la sociedad civil participó en esta instancia, a través de OMIS, junto con la División Salud de la Intendencia de Montevideo y la UdelaR.
Montevideo presentó su política de cantinas saludables, que incluye criterios de menú, limitación de publicidad de productos no saludables y beneficios en tasa bromatológica para quienes cumplen la normativa.
Esta iniciativa se está implementando en 9 cantinas acreditadas (Intendencia de Montevideo, Junta Departamental de Montevideo, Hospital de Clínicas, edificio del MEC, UdelaR (Edificio Polivalente, Facultad de Ciencias UdelaR, Campus, Facultad de Odontología), Instituto de Higiene.
La evaluación académica muestra resultados positivos en oferta y consumo.
Otras ciudades de la región avanzan en estrategias complementarias, como Quito, que además trabaja en regular la publicidad de comida chatarra y las donaciones de alimentos, y Cali y Córdoba, que fortalecen sus políticas en centros educativos.
Todas estas acciones parten de una misma premisa: cuidarse no es solo una responsabilidad individual, sino también una condición colectiva que depende del entorno. Lejos de limitar libertades, estas políticas buscan ampliar opciones saludables y prevenir enfermedades de alto impacto social y económico. Una ciudad saludable es aquella donde elegir bien es más fácil; donde la salud no solo se trata en los hospitales, sino que se construye todos los días en las escuelas, plazas, calles y barrios.
