En una entrevista realizada en el programa “Nada que Perder” de M24, Diego Olivera, exsecretario General de la Junta Nacional de Drogas y actual Coordinador de Seguridad del Frente Amplio, subrayó la necesidad de una estrategia de seguridad pública integral y sostenible en Uruguay, que aborde tanto los factores inmediatos como las causas subyacentes de la criminalidad y la violencia.
Olivera destacó que es fundamental pensar en la evolución de la situación de seguridad en el corto, mediano y largo plazo. Subrayó que aunque las acciones gubernamentales influyen en las cifras y la naturaleza de la inseguridad, existen otros factores igualmente importantes que contribuyen a este problema.
“El debate a menudo se centra demasiado en atribuir la inseguridad directamente a la administración de los gobiernos. Aunque soy muy crítico con este gobierno, también reconozco que hay una tendencia sostenida de incremento de la criminalidad y la violencia que ninguno de los partidos políticos ha logrado abordar completamente. Esto representa una amenaza o un desafío para todo el sistema y la democracia”, afirmó Olivera.
Además, advirtió sobre el creciente problema de la violencia y la criminalidad en América Latina, que está erosionando la legitimidad de los gobiernos. “En Latinoamérica, la situación se agrava de tal manera que la gente empieza a descreer que los partidos políticos y las instituciones puedan resolver el problema, creando condiciones para que surjan autoritarismos muy fuertes, como los vistos en El Salvador con Bukele o en Ecuador”, explicó.
En relación al impacto del tráfico de drogas y otros delitos en la región, enfatizó que estos problemas tienen raíces profundas en el enorme mercado de sustancias ilegales, tráfico de armas y personas. “Nuestra región es un punto neurálgico para estos crímenes”, señaló.
Sin embargo, se mostró optimista sobre la capacidad del Estado uruguayo para hacer frente a estos desafíos. “Aún estamos a tiempo de que el Estado se imponga a las bandas criminales. Es crucial tener una política integral bien diseñada y sostenida en el tiempo. Uno de los problemas que hemos enfrentado en la política de seguridad pública es que suele estar condicionada por fenómenos coyunturales que generan gran angustia social e indignación, lo que lleva a decisiones rápidas y no necesariamente efectivas a largo plazo”, concluyó.