El acceso a derechos y la vida comunitaria son fundamentales para la salud mental, aseguró la especialista.
La psicóloga Cecilia Baroni recordó el primer plan de salud mental basado en nuevos modelos de atención de 1986, cuyo objetivo fue pasar de una mirada “hospitalocéntrica” hacia otra pensada mediante abordaje comunitario. En diálogo con La Rosca, por M24, respondió si Uruguay atraviesa un cambio en el paradigma de la salud mental.
Baroni identificó a la Ley n.º 19.529 de Salud Mental como “es una herramienta que todos tendríamos que tener para ejercer nuestros derechos”. Como parte de este enfoque, indicó que el Hospital Vilardebó llegó a contar con 4.000 camas y hoy tiene 300 plazas. Subrayó que los usuarios que atiende este centro sanitario son de las poblaciones con mayores vulnerabilidades, sin acceso a derechos básicos.
Para la especialista, uno de los principales problemas es que “se sigue viendo como un problema individual y la salud mental es un tema colectivo”. En este punto, subrayó el acceso a los derechos básicos como fundamental para la salud mental. “Si no nos damos cuenta que somos seres sociales, políticos, económicos y culturales, vamos a seguir fomentando un modelo muy individualizado”, definió Baroni.
El acceso a los servicios sanitarios demora meses, un problema relacionado con un mayor presupuesto: “si tengo más equipos de salud seguramente pueda acceder más rápido”, ejemplificó Baroni. También indicó que “hay una concepción en la que todo le pedimos al Sistema de Salud y la Ley aporta que esto tiene que ser un problema de todos, del sistema educativo, la cultura, la formación de recursos, vivienda, las intendencias, el Ministerio del Interior”. Por esto, Baroni subrayó la necesidad de mayor coordinación para mejorar la eficiencia de las políticas y “que no nos veamos por partes” diferentes.
Baroni sostuvo que el “asesinato” en el Hospital de Clínicas “la persona podía ser perfectamente abordada por un trabajador social o un equipo”, ya que “la soledad nos enfrenta a la poca respuesta hacia lo que me está haciendo sufrir: no tenía techo, no tenía respuestas, estaba dentro del fenómeno de ‘puertas giratorias’, un fenómeno que está en aumento”, y sumó los casos en Durazno o en el Palacio Salvo, en Montevideo. Por otro lado, sostuvo que se debe abordar “un cuidado hacia quienes nos cuidan: la policía nos debería cuidar, no nos tiene que matar”.