“No es un tema de responsabilidades exclusivas, sino responsabilidades compartidas entre todas las instituciones públicas y también la sociedad en su conjunto”, consideró uno de los integrantes de la organización social.
En Uruguay, la niñez y la adolescencia atraviesan realidades marcadas por la pobreza estructural, la desigualdad y, en muchos casos, la violencia del crimen organizado. Desde 1989, la organización social Gurises Unidos trabaja con niñas, niños y adolescentes en situación de vulnerabilidad, y su experiencia de cercanía territorial les ha permitido observar de primera mano cómo estas problemáticas se han complejizado.
Uno de los integrantes de esta organización, Diego Pailos, aseguró en La Rosca que, actualmente, “el Estado está compitiendo con el crimen organizado”, en tanto este último provee de “determinados servicios o construcciones subjetivas” a los adolescentes, quienes “encuentran determinado retorno inmediato, pero no fácil”.
La circulación de armas y la implicancia directa de adolescentes en redes delictivas son preocupaciones que se repiten. Pailos remarcó que “el dinero está en los asentamientos, principalmente por las acciones del crimen organizado”, y que los jóvenes son utilizados para tareas que van desde el narcomenudeo hasta “el intercambio de armas”.
Para Pailos, es necesario pensar cómo se compite con esto y opinó que “hoy hay un debe en Uruguay que es con el tema de las adolescencias”. Mientras la primera infancia ha sido foco de políticas públicas, “las adolescencias en términos de propuesta han quedado un poco cortas”. En este sentido, expresó que es “importante” poner a dialogar la educación formal con la no formal, para poder “retroalimentar aprendizajes y experiencias”.
Otra de las integrantes de la organización, Agustina Correa, manifestó en La Rosca que se vuelve vital “pensar propuestas atractivas para los gurises y las gurisas” y añadió: “Si no recogemos sus voz, sus intereses, va a ser difícil poder construir una propuesta que les interese”.
Al respecto, Pailos sostuvo que es fundamental pensar en una formación educativa que permita que los adolescentes puedan tener una rápida inserción laboral y esto “hay que repensarlo rápidamente porque hoy, el trabajo y la educación, que son las principales vías de inclusión social, para los adolescentes y jóvenes, está en crisis”.
Si bien la mayoría del trabajo de Gurises Unidos se concentra en Montevideo, su experiencia nacional les permite afirmar que “ningún departamento del Uruguay está exento de la presencia del crimen organizado en su territorio”. Por este motivo, Pailos consideró que se deben “poder ajustar los dispositivos de atención a las realidades territoriales”.
“No es un tema de responsabilidades exclusivas, sino responsabilidades compartidas entre todas las instituciones públicas y también la sociedad en su conjunto”, consideró Pailos y añadió que se necesita inversión en esta área, pero no concebida como “un número al cual llegar”, sino como algo pensado “a largo plazo”.
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